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Seguridad económica de las mujeres durante el Covid-19

Aunque la pandemia ha aumentado enormemente la cantidad de cuidados, las normas sociales en la mayoría de los países a menudo imponen esta carga no remunerada y, a menudo, no es reconocida sobre las mujeres.

Los desastres nunca son neutrales al género y las secuelas del Covid-19 lo han reafirmado en más de un sentido. 

La caída económica y social de la pandemia está empujando a las mujeres hacia la pobreza y la mala salud, deshaciendo décadas de progreso hacia la igualdad de género.

Según un nuevo análisis encargado por ONU Mujeres y el PNUD, para el 2021, 47 millones de mujeres y niñas serán empujadas a la pobreza como resultado del COVID-19. Se espera que las mujeres en el grupo de edad de 25 a 34 años sean las más afectadas por la profundización de las desigualdades de género y las brechas de pobreza. 

Aquellos de comunidades marginadas han luchado contra la pobreza y la discriminación durante siglos y ahora son muy susceptibles a los impactos secundarios del COVID-19, particularmente la pérdida de medios de vida.

Hallazgos

El informe publicado recientemente por La ONU Mujeres titulado “De las percepciones a la acción: la igualdad de género tras la pandemia” proporciona información fundamental sobre el impacto del COVID-19 en la vida de las mujeres. Según el informe, 740 millones de mujeres trabajan en la economía informal y sus ingresos cayeron un 60% en el primer mes de la pandemia. 

El sector informal, que emplea a un gran número de mujeres y ya se caracteriza por salarios bajos, malas condiciones de trabajo, falta de seguridad laboral o protección social se encuentra entre los más afectados. 

Las mujeres de estos sectores también han sido más susceptibles a los despidos en comparación con sus homólogos masculinos.

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El informe también señala que el empleo de las mujeres es un 19% más en riesgo en comparación con los hombres.

La falta de seguridad económica junto con el aumento de la carga de la prestación de cuidados, no solo amenaza con empujar a muchas mujeres a abandonar el mercado laboral de forma permanente, sino que también comprometerá significativamente su salud mental y física, dada la evidencia de epidemias pasadas.

De cara al futuro, necesitamos soluciones eficaces para garantizar que la salud, el bienestar social y económico de las mujeres no permanezcan al margen. 

Para citar el informe de ONU Mujeres, “ más de 100 millones de mujeres pueden salir de la pobreza en todo el mundo si los gobiernos implementan una estrategia política integral dirigida a mejorar el acceso a la educación, la planificación familiar, la igualdad de salarios y las transferencias sociales” . 

La formulación de políticas con perspectiva de género y la colocación de las mujeres en el centro de todos los aspectos de la toma de decisiones es primordial si realmente queremos mover la aguja hacia la igualdad de género.